La despedida de soltera 29 Antes de comenzar mi relato os haré un breve resumen de mi vida para la completa comprensión de la historia que os voy a contar. Soy un chico de 24 años que por circunstancias ajenas a su voluntad lo vistieron de niña a los dos años de edad. Los problemas económicos de mi madre al quedarse viuda la obligaron a tener que aprovechar la ropa de mis hermanas mayores para vestirme. No puse ropa masculina hasta los cuatro años en que empecé a ir al colegio y de cara a la sociedad he mantenido mi rol masculino desde ese momento aunque en casa siguiera conservando mi propio ajuar femenino que había heredado de mis hermanas y algunas prendas que compraba de vez en cuando. La primera vez que salí como Olga este nombre fue idea de mi hermana Paula fue alrededor de los diecisiete años y por casualidad.
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Denial puedes hablar así de ella, y menos seguirle haciendo esoooo…!!! Tu estas locooo…!!!! Ella… ella nos tuvo a los dos…!!! No se merece eso que le estas haciendooo…!!! Hasta que ya casi vencida por la cruda realidad se estiró en su yacija y sollozando le daba a saber a su hermano lo que ella estaba sintiendo. Tu misma la escuchaste, ella tiene tanta culpa como yo… —Claro que se lo diré…! Lo imaginas…? Como dices esas aberraciones…!!?? Jessica vio en forma estupefacta como su salido hermano tapado solamente desde su cintura para abajo desaparecía de su habitación.
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Y es que me toco vivir en una ciudad donde los hombres parecen burros en primavera, no faltaban los que querían propasarse conmigo o me decían alguna grosería, aun siendo amistades de la familia como el aproximado que le cae gordo a mi papa, el cual logro darme un repasosin embargo yo no decía carencia para no causar un problema máximo. También yo ayudaba a que se portaran así conmigo vistiéndome sexy, empero no era mi culpa, me gusta vestir así, aparte es una faja donde hace mucho calor y te dan ganas de vestir ligera. En algunos cometarios que le hacían a los relatos hablaban sobre la aforo que tiene los viejos para satisfacer a las jovencitas, que los viejitos son los que mejor te comen la vagina, y el morbo que da estar con uno de ellos, con estas historias aprendí a masturbarme, y en ocasiones estando tan libidinoso me imaginaba a mí como protagonista de ellas, sin embargo pensaba que esto no sucedía en la biografía real, o al menos no me sucedería a mí, y que a lo mejor estando con uno a la mera hora no me atrevería, salía a la calle y veía a los viejos de mi ayuntamiento, todos gordos, panzones, asquerosos, peludos, borrachos sobre todo, algunos me comían cheat la mirada, la verdad no me imaginaba estar en la intimidad cheat uno de ellos, yo mejor aceleraba el paso cuando me topaba en la calle con un viejo de estos. Termine la prepa y entre a la universidad, quería ser maestra como mis padres, y para eso tenía que viajar a la asset donde estaban las mejores escuelas, empero no al DF, sino a la capital Xalapa, en el Estado de Veracruz, como pase el examen de admisión me costó mucho convencer a mis padres que me dejaran redituar un cuarto para mi sola, ellos me querían mandar con unos tíos que vivían hay pero yo denial quería, porque mi tío era bastante morboso y siempre que iban de visita podía sentir sus miradas sobre mi cuerpo, ahora imagínense tenerme allí todos los días pues como que no, en ese entonces recién acababa de cumplir 18 años y ya contaba con el físico que les describí anteriormente. Asistía a clases todos los días, de las 7 am hasta las 4 pm, 6 pm, y en ocasiones hasta las 8 de la noche, era una chava muy dedicada al estudio y gusano bien fija mi meta, sacaba bastante buenas calificaciones, yo me daba cuenta que llamaba la atención de los muchachos del salón y de otros salones, algunos eran muy guapos y la verdad me hubiera gustado hacerme novia de alguno de ellos empero eso representaría perder tiempo importante para mis estudios porque veía que las compañeras y amigas que tenían galán preferían gastar su tiempo con ellos que en los trabajos escolares. Todos los viernes por las tardes regresaba a mi cuidad, tenia suerte porque los viernes siempre salía temprano, época el día que tenía menos materias, como era normal mis padres me esperaban afuera de la terminal de autobuses; así mismo me iban a dejar los domingos por la tarde cuando me tocaba regresar a la escuela, cuando estaba en la facultad me empecé a alejar un algo de los relatos porque me dejaban mucha tarea y luego salía tarde, aburrida, chocada, cansada y pues lo que quería era llegar a dormir.